Gracias a su frescura, acentuada expresión frutal y suaves taninos, la Garnacha está viviendo una suerte de redescubrimiento en todo el mundo. En Koyle la incorporamos hace diez años, plantándola en la parte más alta de nuestro viñedo ubicado en Los Lingues. Los suelos del cerro Basalto de origen volcánico con una alta concentración de hierro le entregan una expresión elegante y única a este vino 100% Garnacha que debuta con la cosecha 2018.
Esta variedad de origen supuestamente español –estudios recientes han demostrado su existencia en Cerdeña desde hace 3200 años– es muy versátil. Se adapta muy bien a suelos pobres y aguanta el calor. Además se trata de una variedad muy productiva que incluso puede cultivarse hasta los 2.000 metros de altura.
Plantada en alta densidad –8.000 plantas/ha– en la parte más alta del cerro Basalto, con una exposición noroeste, sus raíces se mueven en forma tortuosa para absorber la mineralidad y el frescor de la roca volcánica. Se somete a poco riego para expresar al máximo el origen.
La madurez óptima llega temprano en marzo. Las uvas son cosechadas a mano y cuidadosamente seleccionadas en la bodega. La vinificación se realiza en pequeños tanques de acero inoxidable y la extracción sólo se realiza con pisoneos manuales para obtener la mejor extracción de aromas, sabores y taninos sedosos. El envejecimiento se realiza en huevos de concreto para resguardar de mejor manera los aromas frescos.
Gracias a esta cuidadosa vinificación, nace un Garnacha con una delicada nariz, marcada por una gran variedad de frutos rojos frescos. En la boca es vibrante, de taninos sedosos y persistentes.
Cerro Basalto Garnacha 2018 cuenta con los sellos Ecocert, Demeter y Vegan que certifican su origen orgánico, biodinámico y libre de ingredientes de origen animal, respectivamente.
Grado alcohólico: 14,5°
Acidez total: 3,66 g/l
pH: 3,4
So2 libre: 0,015 g/l
Azúcar residual: 2,0 g/l
Temperatura de servicio: 18°C