Nacido en Colombia en 1961, René Piamonte fue un gran impulsor del movimiento biodinámico en Sudamérica. Como asesor y capacitador, sentía un profundo compromiso por guiar a las personas y proyectos en su camino por el biodinamismo. Hombre de gran experiencia y conocimiento en la agricultura creada por Rudolf Steiner, destacaba también por su calidad humana, por lo que su prematura partida en julio de este año deja una profunda huella en todos quienes tuvimos el privilegio de compartir con él.
La muerte de René Piamonte a los 58 años causó un profundo impacto en el mundo del biodinamismo y, por supuesto en Koyle, donde contamos con sus asesorías durante diez años. Nuestro enólogo Toti Undurraga lo recordó con estas palabras:
Desde que conocí a René, en junio del año 2009, su fuerza y admiración por la agricultura me cautivó. Su visión por la búsqueda de la identidad del terroir quedó plasmada en su primer informe, donde comentó “definitivamente la estrategia de producción de grandes volúmenes, de vinos masivos y homogeneizados que la globalización impuso, debe ser dejada de lado por los proyectos como Koyle, que busca la producción de vinos de alta gama en sintonía fina con el terroir”.
Fueron incontables los momentos de alegría que compartimos, de sorpresas, admiración profunda y sinceras conversaciones sobre la vida, lo trascendental, lo mundano, la búsqueda por hacer del mundo un mejor lugar para las próximas generaciones.
Todo nuestro equipo sentía un gran respeto por “don René” –como era conocido–, especialmente por su cercanía y preocupación por incorporar y valorar a cada persona, por el sentido de amor y orgullo por el trabajo, por la importancia que le daba a cada individuo. Por su visión profunda de la antroposofía, no sólo valoró a las personas, sino también nuestra viticultura, enseñándonos a observar y entender tan sabiamente el concepto de terruño que tanto buscamos en los vinos, esa integración de la persona, su tierra y el clima que lo rodea.
Un corazón como el de René nunca dejará de latir en el equipo de Koyle, porque fue trasplantado a todos y todas quienes lo admiramos y que aún no nos resignamos a su ausencia física.